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Marta tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús. –Lucas 10, 39
La mayoría de nosotros nos negamos a enfrentar a María contra Marta. Ese es uno de los juegos más antiguos del cristianismo, y no le hace bien al honor de ninguna de las mujeres. María es la discípula contemplativa, Marta la servidora ocupada. La Iglesia no puede prescindir de ninguna de estas dos personalidades. No pretendamos que el servicio de Marta es un don inferior, o la atención de María hacia Jesús es más sincera. Las mejores parroquias tienen camiones de Marías y autobuses de Martas.
Aun así, tenemos que lidiar con la respuesta de Jesús a Marta de que María ha elegido la mejor parte. Jesús reacciona a las críticas de Marta sobre el aparente descuido de María. Jesús señala la ansiedad de Marta por las “muchas cosas’’, no las cosas equivocadas, eso sí, sino las múltiples distracciones. La preocupación de Marta la hace poco caritativa con su hermana y la distrae de su amado invitado. La mejor parte, podemos imaginar, sería que todos nosotros mantengamos nuestro enfoque en Jesús, no en el comportamiento de los demás.
¿Es tu corazón más ‘‘María” o “Marta’’? ¿Cómo puedes hacer más espacio para que la “otra hermana’’ brille?
Debido a que El Evangelio en el hogar hace una pausa durante los meses del Verano, tomaremos nuestras reflexiones semanales de Para meditar las lecturas dominicales.
Imagen: Nancy Cunningham / Rachael Coate / Basic Training Bible Ministries
