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Si en alguna parte no los reciben, . . . al abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies. –Marcos 6:11
Un distrito escolar decidió ofrecer en la cafetería almuerzos preparados con alimentos saludables y no procesados. Los niños tiraron sus almuerzos a la basura y optaron por comer la comida chatarra de las máquinas expendedoras. Podemos perdonar a los niños por no reconocer algo bueno que se les ha entregado, pero ¿qué excusa podríamos darnos nosotros?
Domingo tras domingo, la Palabra de Dios se arroja a la asamblea como joyas preciosas. Pero a menudo se recibe como “perlas para los cerdos”, como dice Jesús. No importa lo que proclame el Evangelio, algunos de nosotros nunca vamos a perdonar las heridas del pasado. A pesar de las advertencias de los profetas, no vamos a compartir nuestra riqueza o aliviar la injusticia. San Pablo puede hablar sobre la necesidad de la unidad, pero mantenemos la distancia. La Escritura no es magia. La Palabra tiene que volverse carne.
¿Cuáles son algunas de las lecciones de las Escrituras que has convertido en parte de tu vida?
Imagen: Good News Productions International y College Press Publishing