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“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está bien lejos de mí”. –Marcos 7, 6
El problema con Jesús, de acuerdo con sus líderes religiosos, es que tiene poco respeto por las leyes y las tradiciones. Jesús insiste en que el problema con la religión es que hace que las personas prefieren seguir la ley superficial en lugar de tener una transformación personal vital. Las leyes, las reglas y las tradiciones son atractivas porque dibujan líneas claras entre quienes acatan la ley y los que la violan. Sabemos quién es quién, y nos gusta asignar estas etiquetas porque nos garantizan que estamos del lado correcto.
Jesús prescinde de las reglas grandes y pequeñas cuando se aplica una ley mayor. El ritual del lavado era útil y saludable, pero no siempre práctico. El descanso de los sábados pasó a segundo plano para sanar a los enfermos, por cuestión de caridad. Jesús declara que las leyes existen para las personas, no las personas para las leyes. Es una distinción importante.
¿Alguna vez has roto una regla o tradición para honrar un valor mayor?
Imagen: www.LumoProject.com