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El viernes de esta semana, celebramos la Fiesta de la Transfiguración del Señor. Este acontecimiento en la vida de Jesús también se comparte todos los años en el Evangelio del Segundo Domingo de Cuaresma. Me llama la atención la reacción de Pedro cuando dice: “Maestro, ¡qué a gusto estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. Pedro quería quedarse con esta experiencia en la cima del monte y construir moradas para Jesús, Moisés y Elías.
¿No somos como Pedro algunas veces? Tenemos una experiencia especial y queremos permanecer en ella, en lo alto del monte. No queremos regresar a los valles y planos de la vida. Pero, así como lo hizo Pedro cuando Moisés y Elías habían desaparecido, nosotros debemos enfrentar la realidad. Las experiencias especiales no se supone que duren un largo tiempo, como tampoco duran mucho tiempo los momentos que pasamos por un valle. Jesús les dio a Pedro, Santiago y Juan un adelanto de su gloria para que cuando llegara la cruz, no se desanimaran. Nuestras experiencias especiales nos dan esperanza cuando pasamos por los valles de nuestra vida.
Imagen: © Bayard Presse – Prions en Église Junior 39 – Gaétan Évrard – 2011