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Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco. –Marcos 3, 21
¡Su propia familia pensó que estaba loco! Eso es lo que dice el Evangelio de Marcos. Fue una observación tan perturbadora que San Mateo y San Lucas, los dos escritores que a menudo copian el material de San Marcos casi exactamente, omiten este dicho cuando describen la escena. Mientras que el Evangelio de San Juan repite la acusación de que Jesús fue considerado loco, la frase es puesta en la boca de las multitudes, y no en sus parientes (Ver Juan 10, 20).
Pero cuando lo piensas, ¿no es completamente probable? ¿No todos vemos las decisiones que nuestros seres queridos están haciendo con incredulidad y cuestionando su cordura? ¿Por qué se está casando con él? ¿Qué lo llevaría a mudarse a esa parte del país? Deben estar chiflados para comprar esa propiedad. Criar a sus hijos de esa manera solo demuestra lo desquiciados que son los dos.
El apoyo moral de nuestras familias es algo que todos anhelamos. Pero no puede ser el estándar de oro por el cual vivimos, respiramos y tomamos decisiones. A veces tenemos que seguir el camino loco que nuestros corazones nos dirigen, sin importar lo que digan sobre nosotros.
¿Cuándo hizo algo contra los consejos de quienes le rodean?
¿Lo haría otra vez?
OREMOS… Santos son tus caminos, ¡Oh Señor!, y santos son las personas a quienes eliges y te llamas a ti mismo. Suaviza nuestros corazones para que podamos ver el mundo tal como lo ves, para que podamos responder con cuidado a la creación que tanto amas. Haznos mejores administradores de este jardín. Amén
Imagen: Bible Society Australia – The Wild Bible
