For the English version, click here.
Las parábolas de la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo nos ofrecen dos lecciones importantes: (1) Todos somos importantes y (2) Dios se regocija cuando nos arrepentimos y regresamos a él.
Ahora que comienza en nuevo año escolar, recuerda y pon en práctica la primera lección en tu salón de clase: Todos los niños son importantes, tanto para Dios como para nosotros. Saluda a cada niño por nombre y dale toda tu atención cuando comparten sus experiencias o respuestas. Esfuérzate por animar a los niños tímidos sin ponerlos en evidencia o hacerlos sentir incómodos. Cuando un niño sea todo un desafío, pide a Dios que te ayude a verlo(a) con sus ojos y amarlo con su amor. Ora regularmente por cada niño utilizando su nombre.
La segunda lección habla de regresar a Dios con un corazón arrepentido. Esta lección nos anima a mantener al día nuestra relación con Dios. Esto lo podemos hacer orando con regularidad y de manera consciente. Arrepentirnos de nuestros pecados y confesarlos en el sacramento de la Penitencia y Reconciliación hará que nuestros corazones estén enfocados en Dios. ¡Es una bendición poder hacerlo!
Este domingo es el Domingo Catequético. Lee el artículo que Nicholle escribió sobre esta celebración aquí.
Traducción: Erika De Urquidi
Imagen: Leonid Ll – Wilhelm von Schadow_031, [public domain], via Wikimedia Commons