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Este jueves 15 de agosto celebramos la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María. ¡Debió haber sido maravilloso para María ser llevada al cielo para reunirse con su amado hijo y Salvador! Todas las dificultades y las penas terrenales que resultaron de su fiat, es decir, su “Hágase en mí” durante la Anunciación, quedaron atrás cuando fue llevada al cielo en cuerpo y alma.
La Asunción de María es una promesa para todos los que seguimos sus pasos como discípulos de Jesús. Como María tenía una relación especial con Jesús al ser su madre y su primera y más fiel seguidora, fue llevada el cielo en cuerpo y alma al morir. Esperamos que nuestros cuerpos se reúnan con nuestras almas en el cielo cuando Jesús venga por segunda ocasión.
Oremos… Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Traducción: Erika De Urquidi
Imagen: Livioandronico2013 [CC BY-SA 4.0] via Wikimedia Commons
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