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“¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está dormida”. –Marcos 5:39
Cuando pensamos en la resurrección, el misterio de la Pascua es el más importante de la lista. Pero también hay tres historias de vida restaurada en los Evangelios. El más dramático es el de Lázaro, quien responde el llamado a salir de su tumba después de cuatro días. Sin embargo, regresa a la vida sin el menor indicio del olor a muerte que se adhiere a él. Es como si la descomposición supiera que no era el tiempo de Lázaro.
Otra historia de vida restaurada involucra al hijo de una viuda en Nain. El viaje de la viuda a la tumba con el cuerpo de su hijo se interrumpe. Entonces la muerte misma se interrumpe. La última historia trata de una niña de doce años. En la cúspide de su fertilidad, es capturada por una enfermedad mortal. Entonces la promesa de su juventud le es devuelta. En cada episodio, Jesús insiste en que la muerte no es la idea de Dios. Dios nos hace ser increíblemente vivos.
¿Está completamente vivo? ¿Qué aspectos de su vida parecen estar “en la tumba’’, en el camino al cementerio, o sin vida antes de la hora de florecer?
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