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¡Me encanta el mes de mayo! No solo es el mes que la Iglesia católica dedica a María, Nuestra Madre, sino que también es el mes en el que muchos niños reciben el Cuerpo y la Sangre de Cristo por primera vez. El sábado pasado, más de treinta niños recibieron su Primera Comunión en nuestra parroquia en Michigan. Mi sobrino estaba entre ellos. Todos se veían tan orgullosos y contentos, llevando su mejor ropa. Y luego, cuando llegó el momento y recibieron su Primera Comunión, sus pequeñas caras se veían radiantes mientras regresaban a su banca para darle gracias al Señor. Cuando felicité a mi sobrino al terminar la Misa, él respondió con una gran sonrisa: “¡Ya quiero que sea mañana para poder recibir mi segunda Comunión!”.
Todos los católicos deberíamos conservar el mismo asombro y gozo que un niño experimenta al recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo por primera vez. ¿Te imaginas a una iglesia llena de personas orando con la misma fe y devoción que los niños pequeños?
Pidamos a dios que nos ayude a recordar que, cuando nos acercamos al altar para recibir la Comunión, estamos recibiendo realmente el Cuerpo y Sangre de su Hijo Amado.
Imagen: Carlos Daniel/Cathopic.com