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El fin de semana pasado conmemoramos el Día de los Caídos (Memorial Day). Es el inicio extraoficial del verano. Nuestros programas de formación en la fe han finalizado y nuestras aulas están cerradas. Hemos comenzado un período bien merecido de descanso de nuestros deberes catequéticos. ¿O no es así?
Al leer las lecturas dominicales de la Solemnidad de la Ascensión del Señor, las palabras de la aclamación antes del Evangelio captaron mi atención: “Vayan y enseñan a todas las naciones y sepan que yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28, 19.20).
Mientras Jesús regresaba a su Padre en el cielo, nos deja un mandato claro: ENSEÑAR. Como seguidores de Jesús nuestro deber de enseñar a los demás sobre Jesús no comienza y termina con el calendario escolar. No siempre necesitamos un plan para la lección ni objetivos claramente definidos para compartir nuestra fe. Aprovechemos estos meses de verano para propagar el Evangelio de Jesús mediante nuestras acciones, nuestras palabras y nuestro silencio.
Imagen: Monkey Business Images/Shutterstock.com