For the English version, click here.
Hace más de 50 años, una foto que mostraba a unas personas huyendo de un ataque durante la guerra de Vietnam se hizo famosa en todo el mundo. “El terror de la guerra” era el título, pero la foto se conoció posteriormente como “La niña del napalm” por su representación de una niña de 9 años aterrorizada y desnuda que huía de un ataque mortal con napalm. Era una representación gráfica de los horrores de la guerra, de un pueblo “atribulado y abandonado”.
La gente aun es maltratada y abusada con regularidad. Innumerables personas son como ovejas sin pastor. ¿Nos sentimos movidos a compasión como Jesús en el Evangelio de hoy? Aunque respondamos “sí”, a menudo nos sentimos impotentes para detener las tragedias de nuestro mundo roto.
Quizá no estemos llamados a salvar al mundo entero. Tal vez alguien que conocemos ha experimentado recientemente la muerte de un cónyuge u otro ser querido. Tal vez alguien perdió su trabajo o sufrió una crisis de salud mental. ¿Tenemos un amigo que ha abandonado su fe? Aunque nosotros mismos dependamos del Buen Pastor, todos estamos llamados a pastorear a los demás.
Para ello, las ovejas necesitamos a nuestro pastor, que siempre está ahí para nosotros. El corazón de Jesús se conmueve de compasión. Y a menudo confía en nosotros para aliviar los problemas de sus ovejas.
Imagen: Sr. Maria-Magdalena R. from Pixabay; “The Terror of War” by Nick Ut, Associated Press, public domain in U.S.A. from Wikipedia, cropped